martes, 27 de marzo de 2007

EL DEMONISMO

EL DEMONISMO
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I. PROBLEMAS DEL DEMONISMO

“Como seres o personalidades puramente espirituales, los demonios operan más allá de las leyes del reino natural y son invisibles e incorpóreos. Sin embargo, pueden ser vistos (2 R. 2:11; 6:17). En una visión apocalíptica, Juan vio la terrible erupción de los demonios en forma de langostas del abismo en el día final (Ap. 9:1-12), así como los tres horribles espíritus que emanan de la trinidad satánica como ranas (el dragón, la bestia y el falso profeta) en la tribulación para juntar los ejércitos del mundo para su suerte predestinada en Armagedón (Ap. 16:13-16).” Diccionario Bíblico Mundo Hispano, Biblioteca Mundo Hispano.

A. EL PROBLEMA DEL SILENCIO DE LA REVELACIÓN.
La palabra de Dios es reticente en ciertos aspectos del tema del mal sobrenatural, incluyendo a Satanás y los demonios. Hay muchos puntos menores de este tópico donde pudiéramos desear una revelación más completa. ¿No será que aquello que no está revelado está fuera del campo del conocimiento legítimo -- a pesar de nuestra simple curiosidad? ¿Hay límites aparentes impuestos al conocimiento humano por la omnisciencia divina?

B. EL PROBLEMA DE LA EXACTITUD EN LA INTERPRETACIÓN.
Todo lo que ha sido revelado sobre el tema no ha sido expuesto acertada y completamente y cada aspecto de la demonología bíblica no ha sido tratado sistemática y exhaustivamente. Los errores de interpretación pueden imputarse a un estudio equivocado del tema. Mucho de lo que ha sido escrito, ha sido victimado por el extremismo:
Por un lado, el y ultra-emocionalismo que da rienda suelta a una credulidad romántica y el libre vuelo de la imaginación y todo esto resulta en un registro de extravagantes supersticiones populares. Por el otro lado, el ultra-racionalismo que pasa por alto lo sobrenatural y adopta presuposiciones sin ningún respaldo con respecto a lo milagroso y todo esto resulta en interpretaciones incompletas y conclusiones incorrectas.

C. EL PROBLEMA DE LA PREVALENCIA DE LA SUPERSTICIÓN.
El tema del demonismo está lleno de las más fantásticas distorsiones e incomparables extravagancias. Privada del control de las verdades de la revelación divina, la imaginación popular corre desenfrenadamente y promulga extrañas prácticas y protagoniza perversiones populares. Los demonios se consideren responsables de todo lo que es sucio y corrupto en el mundo y se les atribuye una mórbida y exagerada actividad en sucesos comunes, como incendios, accidentes u otras desgracias.

D. EL PROBLEMA DE LA PREPONDERANCIA DE LA DUDA.
La barrera más efectiva para un entendimiento adecuado de la demonología es el escepticismo radical que rechaza todo lo sobrenatural. Este racionalismo incrédulo depende puramente de métodos científicos y deducciones, sin la ayuda de la revelación divina. Al desechar lo sobrenatural, se rechaza substancialmente el testimonio de la demonología bíblica que está basada sobre lo sobrenatural y provee el único criterio verdadero para el entendimiento y la evaluación de los diversos y asombrosos fenómenos demoníacos. El conocimiento de lo sobrenatural puede venir solamente a través de una revelación sobrenatural, ya que está sobre y más allá de la ley natural. La verdad revelada puede ser entendida sólo a través de la fe en la revelación y, en consecuencia, en el Revelador

II. EL ORIGEN DEL DEMONISMO.

A. EL PUNTO DE VISTA HUMANISTA.
Esta teoría atribuye el origen de los demonios al nacimiento de los dioses en la religión griega. La religión se originó en el miedo a los fantasmas o aparecidos. Los dioses no son sino espíritus de hombres que partieron, a quienes los hombres adoran principalmente por miedo. Entonces los demonios son los espíritus de hombres malvados, y se les tiene como autores del mal, no solamente físico, sino también moral.

B. EL PUNTO DE VISTA ANIMISTA.
Esta es la hipótesis evolucionaría, de acuerdo a la cual, el desarrollo del demonismo encuentra su fuente original en un animismo primitivo, y a través del politeísmo contemporáneo al monoteísmo judaico-cristiano.

C. EL PUNTO DE VISTA ASTRAL.
Esta teoría estima a los demonios bajo la suposición de que la religión comenzó con la adoración de los cuerpos celestiales, a los que la mente religiosa primitiva adscribía personalidad. A los más importantes de estos cuerpos, tales como el Sol, la Luna y los planetas, se les asignó la posición de deidades completas. Los cuerpos menos importantes, tales como las innumerables estrellas fijas, recibieron la posición de deidades menores (demonios).

D. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO.
El pecado mismo comenzó en el cielo con Lucero que se convirtió en Satanás al dirigir una revuelta celestial que se expandió entre miríadas de seres celestiales (Is. 14:12-20). Estos seres celestiales, los ángeles, fueron creados sin pecado, como súbditos de Lucero en su gloria prístina y los arrastró tras él en su orgullo y desobediencia a Dios, debido a su egocentrismo. Los demonios son seres espirituales reales y miembros del reino de Satanás (MT. 12:26).

III. LA EXISTENCIA DE LOS DEMONIOS, DOS ALTERNATIVAS:

A. EL DEMMONIO ES UNA FANTASÍA HUMANA.
-- Nacida en la mente del algún hombre insano.
-- Extendida a otros hombres por la ignorancia.
-- Perpetuada a las generaciones siguientes por la superstición.

B. EL DEMONSMO ES UN FENÓMENO REAL.
-- Apoyado sobre los hechos de una revelación original bíblica de la verdad.
-- Preservado por el instinto humano, implantado irradicalmente por Dios.
-- Nutrido por los hechos de la experiencia y la observación humana.

IV. LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DEMONIOS.

A. TEORIAS BASADAS EN EXPLICACIONES RACIONALISTAS.
1. Los demonios son el mal personificado y, como seres con personalidad, son imaginarios e inexistentes.

2. Los demonios son simples nombres supersticiosos de ciertas enfermedades naturales, mentales y/o físicas.
3. Los demonios son espíritus de hombres malvados que han muerto y que entran en hombres vivos.

B. TEORÍAS BASADAS EN ALUSIONES BÍBLICAS.
1. Los demonios son espíritus sin cuerpo de habitantes de una raza pre-adámica.
2. Los demonios son la monstruosa progenie de ángeles con mujeres antediluvianas.
3. Los demonios son los ángeles caídos bajo el reino y dominio de Satanás de quien son sus emisarios y súbditos.

V. LA POSESIÓN DEMONIACA.

A. EL PUNTO DE VISTA DEL SIMBOLISMO.
Todas las narraciones de Jesús sobre las expulsiones demoníacas son meramente simbólicas, y sin fundamento real de hechos. La llamada posesión demoníaca no es más que un símbolo vivido de la prevalencia del mal en el mundo y la expulsión de los demonios por nuestro Señor es la figura correspondiente del triunfo sobre el mal por su doctrina y su vida.

B. EL PUNTO DE VISTA DEL ACOMODAMIENTO.
Nuestro Señor y los evangelistas, al hacer referencia a la posesión demoníaca, hablaron solamente para acomodarse a la ignorancia y superstición prevaleciente de sus oyentes, sin hacer ninguna aseveración sobre la existencia verdadera o no del fenómeno descrito, o sobre la verdad o falsedad de esa creencia corriente. Nuestro Señor habló y los evangelistas escribieron, ajustándose a las convicciones comunes del aquel tiempo y con el objetivo de ser entendidos claramente, especialmente por los mismos pacientes, pero los "endemoniados" eran meramente personas afligidas con enfermedades extrañas del cuerpo y de la mente.

C. EL PUNTO DE VISTA DE LA ALUCINACIÓN.
La posesión demoníaca es una mera ilusión psicológica por parte de la víctima, que, enferma y angustiada, llega a tal grado de frenesí emocional o excitación mental que se imagina a sí misma poseída y controlada por otro ser más poderoso. Bajo la supresión de la consciencia y el destronamiento de su razón, habla en el carácter del demonio imaginado (Mr. 5:7).

D. EL PUNTO DE VISTA DE LA BIBLIA.
La expresión "posesión demoníaca" como tal aparece en el NT. El NT habla de aquellos que "tienen un espíritu, o un demonio, o demonios, o un espíritu inmundo", pero principalmente de gentes que están "endemoniadas".
Es importante distinguir entre la influencia indirecta demoníaca y la subyugación directa demoníaca.
La tentación ordinaria de la presencia externa y la influencia indirecta sobre una persona por uno o más demonios en la cual la voluntad humana es halagada, solicitada y persuadida por la elección deliberada de la persona a la atracción fuerte de la tentación y al poder encadenador del pecado -- sin la perdida completa o parcial de su libertad de acción.
El estado real de la habitación interna y la subyugación directa de una persona por uno o más demonios en la cual la voluntad humana es halagada, solicitada y persuadida por el consentimiento repetido de la persona a la atracción fuerte de la tentación y al poder encadenador del pecado -- con la perdida completa o parcial de su poder de elección.
Entonces, la subyugación u opresión demoníaca se debe a rendirse voluntariamente a la tentación y al pecado, debilitando así la voluntad humana, haciéndola susceptible de ser eclipsada completa o parcialmente por el espíritu que ejercita la influencia sobre ella.

VI. MANIFESTACIONES DE LA SUBYUGACIÓN DEMONIACA.

1. Enfermedades físicas (Mt. 4:24; 8:16; 10:1; 9:32-33; 12:22; Lc. 4:34; 13:11; Mr. 1:32,34; 3:11-15, 5:7)
2. Enajenación mental (Mr 5:4, 5).
3. Impureza moral:
4. Doctrina falsa (1 Ti. 4:1; 2 Tes. 2:2).
5. Adivinación: (Hch 16:16).
6. Paroxismo violento (Mr. 9:17,18a; 5:2-5).
7. Personalidad esquizofrénica (Marcos 5:2-7).

VII. EL EXORCISMO.

Estrictamente hablando, no existen exorcismos registrados en la Biblia. La palabra “exorcismo” significa: echar los males espíritus por medio de conjuraciones, encantamientos o ceremonias religiosas o mágicas.
El método de Jesús para librar a los endemoniados era su propia palabra viviente de infinito poder. Los métodos de exorcismo que eran ostentosos, opulentos, ritualísticos y supersticiosos no era los métodos de Jesús. Su método era sencillo, instantáneo, y eficaz. El hablaba y los demonios le obedecían como Señor del mundo de los espíritus. Todos los endemoniados reconocieron a Jesús y su poder sobre ellos (Mr. 1:24, 34).
La frase "en el nombre de Jesús" (Hch 16:18, Lc. 10:17) no significa que la sacra apelación, pronunciada formalmente, tenga un poder mágico para lograr la liberación de los endemoniados. El "nombre" es representación de la infinita Persona detrás de ese nombre. La expresión "en su nombre" es equivalente a "su poder", a "a todo lo que Cristo es y hace". Se dice que Jesús "echó los demonios con la palabra" (Mt. 8:16), y esa palabra no es ritualística, sino con autoridad, la autoridad del Espíritu Santo (Mt. 12:28). Jesús efectuó sus curaciones de los endemoniados por el poder del Espíritu Santo y no por su intrínsico poder divino como segunda Persona de la Trinidad.
Cristo no ataca ni defiende a los judíos exorcistas. Meramente hace referencia a ellos en su argumento con sus padres. Los fariseos se condenaban á sí mismos, pues estaban lanzando una acusación en contra de Jesús, a la que sus propios hijos estaban expuestos también (Mt. 12:22-29).
La frase "en el nombre del Señor Jesús" implica necesariamente fe y obediencia, y es equivalente a "en su poder". Un grupo de judíos exorcistas profesionales itinerantes, que desde luego no eran cristianos, admirando las poderosas e instantáneas curaciones realizadas por Pablo en Efeso (Hch. 19:11, 12) intentaron hacer lo mismo por el mero uso ritualístico del nombre del Señor Jesús. Su fracaso completo e ignominioso se debió a su falta de fe en el Cristo viviente, por cuyo poder eran posibles tales milagros de santidad, aunque habían estado perfectos en la simple repetición de la fórmula.

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