martes, 27 de marzo de 2007

SISTEMAS TEOLÓGICOS FRENTE A LA REVELACIÓN ESPECIAL

SISTEMAS TEOLÓGICOS BÁSICOS FRENTE A LA REVELACIÓN ESPECIAL.
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A. La posición de la teología Católica-romana.

Según el Concilio de Trento (1545-1563), la Iglesia de Roma cree que tiene dos fuentes de revelación divina que se 'interpretan mutuamente: la Biblia y la Tradición. Dicha Iglesia no cree que sea necesario buscar toda la doctrina en la Biblia, sino que tiene suficiente con lo que ella considera meras alusiones a sus dogmas.
Conviene señalar que por encima de la Biblia y de la Tradición está la autoridad de la Iglesia de Roma que, en la persona del Papa es infalible y es quien, en realidad define la doctrina.
Los errores fundamentales de este sistema son:
1. A la revelación única de la palabra de Dios, registrada en la Biblia, añade la tradición oral, sin garantía bíblica, apoyada únicamente en las preferencias de la Iglesia de Roma. Y todo esto lleva a la formación de nuevas doctrinas.
2. Somete la Escritura a la Iglesia, en vez de someter la Iglesia a la palabra de Dios. El magisterio de la Iglesia de Roma pretende ser, no heraldo sumiso y obediente de la palabra de Dios, sino esta misma Palabra encarnada que le permite enseñar como Palabra divina lo que cree descubrir en una pretendida "revelación progresiva". De ahí se sostiene la mariología (como ejemplo, la proclamación del dogma de la Asunción de María) para cuya justificación no se preocupa demasiado en encontrar fundamentos bíblicos.
3. Desmiente prácticamente el testimonio bíblico e histórico del cese de la revelación divina en el período apostólico, e identifica y confunde "revelación" con "iglesia". Adopta un sistema de "revelación" que consiste en la pretensión da que Dios se revela constantemente (no en determinados momentos, cono sucedió en el pasado) en la historia de la Iglesia de Roma. Esto quiere decir que dicha Iglesia, como institución, pretende de ser no solamente una autoridad humana infinitamente respetable, sino el órgano a través del cual una autoridad divina se manifiesta.

B. La posición de la teología subjetiva.

La teología subjetiva se levanta en contra de la autoridad bíblica para poner en su lugar la autoridad de la razón humana. En vez de prestar obediencia a la palabra de Dios, el teólogo liberal afirma que el árbitro supremo en todos los campos del conocimiento humano, e incluso el religioso, es su propia razón a la que debe someterlo todo.

Son manifiestos los errores de la teología subjetiva:

1. Trata la Biblia como cualquier otro libro humano. Se aplican a su estudio las mismas reglas que se utilizan para estudiar otros documentos de la antigüedad, o los autores clásicos.
2. Rechaza todo lo sobrenatural. No se aceptan científicamente los milagros.
Desecha las doctrinas del pecado, la expiación y la Trinidad porque no encajan con el sistema racionalista. Limita la experiencia religiosa dentro del ámbito controlado por la razón y niega la posibilidad de actividad trascendente de Dios.
3. Al rechazar toda actividad trascendente v milagrosa de Dios, niega la inspiración de la Biblia. Cree que es imposible una revelación sobrenatural por parte de Dios y reduce la inspiración al "poder" que la Biblia tiene, como un buen libro de religión, para "inspirar" (suscitar) experiencia religiosa. Según este concepto, la revelación no es más que el discernimiento humano de ciertas verdades religiosas.
4. Enseña el principio de la evolución religiosa de los pueblos. Según este concepto el cristianismo no es más que la culminación de la evolución religiosa de la humanidad que tuvo su origen en las formas más groseras de la superstición y el paganismo. Afirma que el Pentateuco no fue escrito por Moisés, sino que consistía en realidad en una recopilación de diversas tradiciones, leyendas y documentos, llevada a cabo por los sacerdotes del templo en Jerusalén. Declara que Cristo no es más que un buen hombre quien adquirió, gradualmente, consciencia de una función profética hasta llegar a la convicción da que era el Mesías - uno más entre tantos que pretendían lo misino, pero mejor dotado por una natural predisposición religiosa.
5. Mantiene un optimismo desmesurado en las capacidades innatas del hombre. Según los teólogos liberales, estas capacidades están en el proceso de evolución creciente hacia la perfección. Entonces se denuncia el pecado y, en vez de proclamar la fe en Jesús para salvación, se proclama la fe de Jesús como ejemplo.

C. La posición de la teología neo-ortodoxa.

La neo-ortodoxia es una reacción frente al racionalismo extremo de la Teología Subjetiva y su fe en el exagerado optimismo de las teorías evolucionistas. Declara que el hombre, no es tan bueno, ni tan sabio, como se había supuesto. La Neo-ortodoxia vuelva a colocar al hombre en su sitio. Reconoce el hecho del pecado y la depravación del hombre y al mismo tiempo admite la soberanía de Dios quien, por su gracia, salva a los hombres en Cristo, mediante su Palabra. Pero, desgraciadamente, la neo-ortodoxia no es una vuelta completa a la ortodoxia y toma frente a la Biblia una actitud impropia.

Las equivocaciones de esta teología, entre otras, son:

1. Niega la infalibilidad de la Bibl1a y hace al hombre, de facto, el árbitro de la autoridad final a semejanza de la Teología Subjetiva. Para el neo-ortodoxo, la Biblia es el instrumento a través del cual Dios habla a] hombre pero contiene muchas inexactitudes históricas y aun contradicciones y errores. En efecto, si bien el teólogo neo-ortodoxo acepta que lo "espiritual" del mensaje bíblico puede desligarse de los hechos históricos y que estas porciones de la Palabra son las que utiliza el Espíritu para revelar la verdadera palabra de Dios, acepta al mismo tiempo que el hombre es pecador y cabe, pues, preguntarse: ¿qué garantía tiene el hombre pecador, y por tanto errado, de poder discernir sin error en medio de las páginas semi-ciertas y semi-equivocadas de la Biblia?
2. Confunde el “encuentro” con la revelación. Para el neo-ortodoxo la Biblia, en sí misma, es algo sin vida y sin significado redentor; la Escritura llega á ser sólo Palabra de Dios cuando es experimentada por el hombre. La revelación se produce en el "encuentro" del hombre con Dios y solamente cuando el hombre experimenta la gracia de Dios en Cristo, por medio de la lectura de las Escrituras, éstas son propiamente Palabra de Dios. Y la fe por la que el hombre obtiene esta experiencia es completamente independiente, por ejemplo, de la historicidad del relato evangélico o del Pentateuco,
3. Sigue adoptando los principios de la crítica de la Teología Subjetiva. La Biblia, para el neo-ortodoxo, es tan sólo el registro de una serie de experiencias religiosas y para devenir Palabra de Dios está condicionada a la experiencia subjetiva de cada individuo. Para el neo-ortodoxo la Biblia no es una Revelación infalible y no es un cuerpo de verdad dado por Dios al hombre mediante un proceso de revelación e inspiración en la historia. La Teología Neo-ortodoxa trata de unir la supuesta falibilidad humana de las palabras de la Biblia con la infalibilidad divina de su contenido. Pero, ¿qué confianza podría merecernos la "revelación" de Dios, la Biblia, si no podemos tener seguridad de la veracidad de sus palabras? Al considerar a la Biblia como libro humano y falible, viene a decirnos la neo-ortodoxia que Dios está dispuesto a comunicar su verdad en esta experiencia llamada "encuentro" a través de las páginas de una obra que contiene error. ¡Grave contradicción de fatales consecuencias!

D. La posición de la teología cristiana-evangélica.

La posición del Cristianismo Evangélico puede ser formulada con palabras de la misma Biblia: 2 Timoteo 3:16. La teología Cristiana-evangélica afirma que hay una completa identificación entre la Biblia y la revelación de Dios. Las palabras de la Escritura y la Palabra de Dios son sinónimas. La Biblia es la única revelación existente plenamente garantizada y providencialmente llegada por Dios al hombre.
Entonces, para el cristiano evangélico, la Biblia es la Palabra infalible de Dios. Es el registro de la revelación especial que completa la revelación general. La Biblia es dada por Dios y es inspirada tanto en su contenido como en su forma. El cristiano evangélico reconoce la autoridad e infalibilidad de la Biblia en su totalidad y entiende que la Biblia es la revelación perfecta y completa de la voluntad de Dios para los hombres. Al escuchar el mensaje de la Biblia, se escucha a Dios mismo. La Escritura es inalterable, indestructible en su veracidad; indiferente a cada negación, a la ignorancia humana y a la crítica, al error y a los ataques del subjetivismo. Y el cristiano evangélico quiere ser instruido y convencido por ella.

EL DEMONISMO

EL DEMONISMO
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I. PROBLEMAS DEL DEMONISMO

“Como seres o personalidades puramente espirituales, los demonios operan más allá de las leyes del reino natural y son invisibles e incorpóreos. Sin embargo, pueden ser vistos (2 R. 2:11; 6:17). En una visión apocalíptica, Juan vio la terrible erupción de los demonios en forma de langostas del abismo en el día final (Ap. 9:1-12), así como los tres horribles espíritus que emanan de la trinidad satánica como ranas (el dragón, la bestia y el falso profeta) en la tribulación para juntar los ejércitos del mundo para su suerte predestinada en Armagedón (Ap. 16:13-16).” Diccionario Bíblico Mundo Hispano, Biblioteca Mundo Hispano.

A. EL PROBLEMA DEL SILENCIO DE LA REVELACIÓN.
La palabra de Dios es reticente en ciertos aspectos del tema del mal sobrenatural, incluyendo a Satanás y los demonios. Hay muchos puntos menores de este tópico donde pudiéramos desear una revelación más completa. ¿No será que aquello que no está revelado está fuera del campo del conocimiento legítimo -- a pesar de nuestra simple curiosidad? ¿Hay límites aparentes impuestos al conocimiento humano por la omnisciencia divina?

B. EL PROBLEMA DE LA EXACTITUD EN LA INTERPRETACIÓN.
Todo lo que ha sido revelado sobre el tema no ha sido expuesto acertada y completamente y cada aspecto de la demonología bíblica no ha sido tratado sistemática y exhaustivamente. Los errores de interpretación pueden imputarse a un estudio equivocado del tema. Mucho de lo que ha sido escrito, ha sido victimado por el extremismo:
Por un lado, el y ultra-emocionalismo que da rienda suelta a una credulidad romántica y el libre vuelo de la imaginación y todo esto resulta en un registro de extravagantes supersticiones populares. Por el otro lado, el ultra-racionalismo que pasa por alto lo sobrenatural y adopta presuposiciones sin ningún respaldo con respecto a lo milagroso y todo esto resulta en interpretaciones incompletas y conclusiones incorrectas.

C. EL PROBLEMA DE LA PREVALENCIA DE LA SUPERSTICIÓN.
El tema del demonismo está lleno de las más fantásticas distorsiones e incomparables extravagancias. Privada del control de las verdades de la revelación divina, la imaginación popular corre desenfrenadamente y promulga extrañas prácticas y protagoniza perversiones populares. Los demonios se consideren responsables de todo lo que es sucio y corrupto en el mundo y se les atribuye una mórbida y exagerada actividad en sucesos comunes, como incendios, accidentes u otras desgracias.

D. EL PROBLEMA DE LA PREPONDERANCIA DE LA DUDA.
La barrera más efectiva para un entendimiento adecuado de la demonología es el escepticismo radical que rechaza todo lo sobrenatural. Este racionalismo incrédulo depende puramente de métodos científicos y deducciones, sin la ayuda de la revelación divina. Al desechar lo sobrenatural, se rechaza substancialmente el testimonio de la demonología bíblica que está basada sobre lo sobrenatural y provee el único criterio verdadero para el entendimiento y la evaluación de los diversos y asombrosos fenómenos demoníacos. El conocimiento de lo sobrenatural puede venir solamente a través de una revelación sobrenatural, ya que está sobre y más allá de la ley natural. La verdad revelada puede ser entendida sólo a través de la fe en la revelación y, en consecuencia, en el Revelador

II. EL ORIGEN DEL DEMONISMO.

A. EL PUNTO DE VISTA HUMANISTA.
Esta teoría atribuye el origen de los demonios al nacimiento de los dioses en la religión griega. La religión se originó en el miedo a los fantasmas o aparecidos. Los dioses no son sino espíritus de hombres que partieron, a quienes los hombres adoran principalmente por miedo. Entonces los demonios son los espíritus de hombres malvados, y se les tiene como autores del mal, no solamente físico, sino también moral.

B. EL PUNTO DE VISTA ANIMISTA.
Esta es la hipótesis evolucionaría, de acuerdo a la cual, el desarrollo del demonismo encuentra su fuente original en un animismo primitivo, y a través del politeísmo contemporáneo al monoteísmo judaico-cristiano.

C. EL PUNTO DE VISTA ASTRAL.
Esta teoría estima a los demonios bajo la suposición de que la religión comenzó con la adoración de los cuerpos celestiales, a los que la mente religiosa primitiva adscribía personalidad. A los más importantes de estos cuerpos, tales como el Sol, la Luna y los planetas, se les asignó la posición de deidades completas. Los cuerpos menos importantes, tales como las innumerables estrellas fijas, recibieron la posición de deidades menores (demonios).

D. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO.
El pecado mismo comenzó en el cielo con Lucero que se convirtió en Satanás al dirigir una revuelta celestial que se expandió entre miríadas de seres celestiales (Is. 14:12-20). Estos seres celestiales, los ángeles, fueron creados sin pecado, como súbditos de Lucero en su gloria prístina y los arrastró tras él en su orgullo y desobediencia a Dios, debido a su egocentrismo. Los demonios son seres espirituales reales y miembros del reino de Satanás (MT. 12:26).

III. LA EXISTENCIA DE LOS DEMONIOS, DOS ALTERNATIVAS:

A. EL DEMMONIO ES UNA FANTASÍA HUMANA.
-- Nacida en la mente del algún hombre insano.
-- Extendida a otros hombres por la ignorancia.
-- Perpetuada a las generaciones siguientes por la superstición.

B. EL DEMONSMO ES UN FENÓMENO REAL.
-- Apoyado sobre los hechos de una revelación original bíblica de la verdad.
-- Preservado por el instinto humano, implantado irradicalmente por Dios.
-- Nutrido por los hechos de la experiencia y la observación humana.

IV. LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DEMONIOS.

A. TEORIAS BASADAS EN EXPLICACIONES RACIONALISTAS.
1. Los demonios son el mal personificado y, como seres con personalidad, son imaginarios e inexistentes.

2. Los demonios son simples nombres supersticiosos de ciertas enfermedades naturales, mentales y/o físicas.
3. Los demonios son espíritus de hombres malvados que han muerto y que entran en hombres vivos.

B. TEORÍAS BASADAS EN ALUSIONES BÍBLICAS.
1. Los demonios son espíritus sin cuerpo de habitantes de una raza pre-adámica.
2. Los demonios son la monstruosa progenie de ángeles con mujeres antediluvianas.
3. Los demonios son los ángeles caídos bajo el reino y dominio de Satanás de quien son sus emisarios y súbditos.

V. LA POSESIÓN DEMONIACA.

A. EL PUNTO DE VISTA DEL SIMBOLISMO.
Todas las narraciones de Jesús sobre las expulsiones demoníacas son meramente simbólicas, y sin fundamento real de hechos. La llamada posesión demoníaca no es más que un símbolo vivido de la prevalencia del mal en el mundo y la expulsión de los demonios por nuestro Señor es la figura correspondiente del triunfo sobre el mal por su doctrina y su vida.

B. EL PUNTO DE VISTA DEL ACOMODAMIENTO.
Nuestro Señor y los evangelistas, al hacer referencia a la posesión demoníaca, hablaron solamente para acomodarse a la ignorancia y superstición prevaleciente de sus oyentes, sin hacer ninguna aseveración sobre la existencia verdadera o no del fenómeno descrito, o sobre la verdad o falsedad de esa creencia corriente. Nuestro Señor habló y los evangelistas escribieron, ajustándose a las convicciones comunes del aquel tiempo y con el objetivo de ser entendidos claramente, especialmente por los mismos pacientes, pero los "endemoniados" eran meramente personas afligidas con enfermedades extrañas del cuerpo y de la mente.

C. EL PUNTO DE VISTA DE LA ALUCINACIÓN.
La posesión demoníaca es una mera ilusión psicológica por parte de la víctima, que, enferma y angustiada, llega a tal grado de frenesí emocional o excitación mental que se imagina a sí misma poseída y controlada por otro ser más poderoso. Bajo la supresión de la consciencia y el destronamiento de su razón, habla en el carácter del demonio imaginado (Mr. 5:7).

D. EL PUNTO DE VISTA DE LA BIBLIA.
La expresión "posesión demoníaca" como tal aparece en el NT. El NT habla de aquellos que "tienen un espíritu, o un demonio, o demonios, o un espíritu inmundo", pero principalmente de gentes que están "endemoniadas".
Es importante distinguir entre la influencia indirecta demoníaca y la subyugación directa demoníaca.
La tentación ordinaria de la presencia externa y la influencia indirecta sobre una persona por uno o más demonios en la cual la voluntad humana es halagada, solicitada y persuadida por la elección deliberada de la persona a la atracción fuerte de la tentación y al poder encadenador del pecado -- sin la perdida completa o parcial de su libertad de acción.
El estado real de la habitación interna y la subyugación directa de una persona por uno o más demonios en la cual la voluntad humana es halagada, solicitada y persuadida por el consentimiento repetido de la persona a la atracción fuerte de la tentación y al poder encadenador del pecado -- con la perdida completa o parcial de su poder de elección.
Entonces, la subyugación u opresión demoníaca se debe a rendirse voluntariamente a la tentación y al pecado, debilitando así la voluntad humana, haciéndola susceptible de ser eclipsada completa o parcialmente por el espíritu que ejercita la influencia sobre ella.

VI. MANIFESTACIONES DE LA SUBYUGACIÓN DEMONIACA.

1. Enfermedades físicas (Mt. 4:24; 8:16; 10:1; 9:32-33; 12:22; Lc. 4:34; 13:11; Mr. 1:32,34; 3:11-15, 5:7)
2. Enajenación mental (Mr 5:4, 5).
3. Impureza moral:
4. Doctrina falsa (1 Ti. 4:1; 2 Tes. 2:2).
5. Adivinación: (Hch 16:16).
6. Paroxismo violento (Mr. 9:17,18a; 5:2-5).
7. Personalidad esquizofrénica (Marcos 5:2-7).

VII. EL EXORCISMO.

Estrictamente hablando, no existen exorcismos registrados en la Biblia. La palabra “exorcismo” significa: echar los males espíritus por medio de conjuraciones, encantamientos o ceremonias religiosas o mágicas.
El método de Jesús para librar a los endemoniados era su propia palabra viviente de infinito poder. Los métodos de exorcismo que eran ostentosos, opulentos, ritualísticos y supersticiosos no era los métodos de Jesús. Su método era sencillo, instantáneo, y eficaz. El hablaba y los demonios le obedecían como Señor del mundo de los espíritus. Todos los endemoniados reconocieron a Jesús y su poder sobre ellos (Mr. 1:24, 34).
La frase "en el nombre de Jesús" (Hch 16:18, Lc. 10:17) no significa que la sacra apelación, pronunciada formalmente, tenga un poder mágico para lograr la liberación de los endemoniados. El "nombre" es representación de la infinita Persona detrás de ese nombre. La expresión "en su nombre" es equivalente a "su poder", a "a todo lo que Cristo es y hace". Se dice que Jesús "echó los demonios con la palabra" (Mt. 8:16), y esa palabra no es ritualística, sino con autoridad, la autoridad del Espíritu Santo (Mt. 12:28). Jesús efectuó sus curaciones de los endemoniados por el poder del Espíritu Santo y no por su intrínsico poder divino como segunda Persona de la Trinidad.
Cristo no ataca ni defiende a los judíos exorcistas. Meramente hace referencia a ellos en su argumento con sus padres. Los fariseos se condenaban á sí mismos, pues estaban lanzando una acusación en contra de Jesús, a la que sus propios hijos estaban expuestos también (Mt. 12:22-29).
La frase "en el nombre del Señor Jesús" implica necesariamente fe y obediencia, y es equivalente a "en su poder". Un grupo de judíos exorcistas profesionales itinerantes, que desde luego no eran cristianos, admirando las poderosas e instantáneas curaciones realizadas por Pablo en Efeso (Hch. 19:11, 12) intentaron hacer lo mismo por el mero uso ritualístico del nombre del Señor Jesús. Su fracaso completo e ignominioso se debió a su falta de fe en el Cristo viviente, por cuyo poder eran posibles tales milagros de santidad, aunque habían estado perfectos en la simple repetición de la fórmula.

LOS CARISMÁTICOS

LOS CARISMÁTICOS

A. LOS ERRORES DE LAS ENSEÑANZAS DE LOS CARISMÁTICOS

1. El principio de la Revelación: que Dios sigue dando más revelaciones por medio de los dones de profecía y lenguas mediante la inspiración del Espíritu Santo.
2. El principio de la Interpretación: que el significado de cualquier versículo de la Biblia es determinado por el sentido que el versículo tenga para con el lector,
3. El principio de la Autoridad: que la experiencia personal subjetiva del cristiano es una base válida para determinar la verdad de las Escrituras.
4. El principio de la Singularidad Apostólica: que las manifestaciones milagrosas por el Espíritu Santo durante el primer siglo deben ser la norma para el día de hoy,
5. El principio de la Transición HISTÓRICA: que eventos especialmente seleccionados en Hechos 2, 8, 10 y 19 deben ser usados para confeccionar una teología concerniente al Espíritu Santo.
6. El principio de los Dones Espirituales: que el creyente puede obtener los dones espirituales pidiéndolos de Dios y que todo cristiano debe conseguir el don de lenguas.
7. El principio del Bautismo del Espíritu: que todo cristiano debe buscar una experiencia especial del Espíritu Santo para recibir poder y dones espirituales y que esta experiencia especial es evidenciada inicialmente por hablar en lenguas.
8, El principio de las Sanidades: que la expiación de Cristo provee sanidad física y cualquier creyente en cualquier tiempo puede ser sanado de cualquiera enfermedad, confesando sus pecados y ejerciendo su fe.
9. El principio de las Lenguas: que el lenguaje extático de oración practicado privadamente es la misma clase de lenguas descritas en el Nuevo Testamento.
10. El principio de la Verdadera Espiritualidad: que el bautismo con el Espíritu Santo es logrado cumpliendo las condiciones de obediencia y fe absolutas y es el requisito primario e indispensable para una vida espiritual y un ministerio fructífero.

B. LAS VERDADES DE LAS ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS.

1. El principio de la Revelación: que son los libros canónicos de la Biblia, en su totalidad, la completa revelación dada por Dios y no hay otras revelaciones normativas después que terminaron los escritos del Nuevo Testamento.
2, El principio de la Interpretación: que el significado expresado en cada texto bíblico es único, definido y fijo, de acuerdo con el sentido que tenía en mente el autor bíblico del texto y según lo que quiso decir cuando lo escribió.
3. El principio de la Autoridad: que las ideas, los pensamientos y las experiencias de los hombres son válidos en base a su conformidad a la verdad de la palabra de Dios.
4. El principio de la Singularidad Apostólica: que los milagros eran señales objetivas (y no experiencias subjetivas), hechos por los apóstoles, con el propósito indicativo de autenticar y confirmar la veracidad de algún aspecto del evangelio.
5. El principio de la TRANSICIÓN HISTÓRICA: que la totalidad de la Escritura interpreta cualesquiera parte de las Escritura y se puede considerar bíblica una doctrina al resumir e incluir todo lo que las Escrituras tienen que decir sobre el particular.
6. El principio de los Dones Espirituales: que el Espíritu Santo, soberanamente, decide cuáles dones recibe el creyente, en base a su voluntad y no el deseo humano; los dones son dados no solicitados.
7. El principio del Bautismo del Espíritu Santo: que el Espíritu Santo viene a morar para siempre en el creyente en el momento de su conversión, con el cumplimiento de la promesa de Dios Padre para que e1 creyente experimente el señorío de Cristo en su vida, siendo miembro del Cuerpo de Cristo.
8. El principio de las Sanidades: que toda sanidad es divina y es en realidad el poder de Dios lo que efectúa la curación mediante el método médico o el toque directo de Dios mismo; pero muchas veces la voluntad de Dios es simplemente no curar.
9. El principio de las Lenguas: que el don de lenguas es la habilidad para articular idiomas conocidos y hablados en otras partes del mundo, no conocidos o aprendidos previamente por los creyentes que los hablan y en la era apostólica era una señal para convencer a los judíos incrédulos de alguna verdad del evangelio que no la habían conocido, comprendido o experimentado
10. El principio de la Verdadera Espiritualidad: que el fruto del Espíritu se relaciona con el carácter del cristiano - lo que es en sus relaciones personales con otros, mientras los dones de Espíritu se relacionan con la actividad del cristiano - lo que hace en su servicio en la iglesia; ningún don espiritual es evidencia de ser cristiano espiritual, sino las manifestaciones del fruto del Espíritu.

C. ALGUNAS SUPUESTAS VENTAJAS ALEGADAS POR EL MOVIMIENTO CARISMÁTICO.

1. Experimentar un amor muevo para con el señor.
2. Invertir más tiempo en la oración.
3. Conocer a dios en una manera mas intima.
4. Renovar el énfasis sobre la persona del espíritu santo.
5. Satisfacer las necesidades emocionales de la vida cristiana,
6. Reducir los conflictos y las tensiones en las relaciones personales.
7. El ser bautizados con el espíritu santo como una segunda gracia.
8. El ser investidos de poder de lo alto.
9. El hacer una realidad de la unidad entre todos los grupos "cristianos".
10. El aprender a alabar con fervor al Señor siempre, bajo cualquier circunstancia.

D. ALGUNOS PELIGROS DEL MOVIMIENTO CARISMATICO.

1. Trata de enfatizar el don sobrenatural de lenguas del primer siglo por medio de substitutos psicológicos.
2. Determina la verdad sobre la base de las experiencias subjetivas del hombre en ve2 de la palabra objetiva de Dios.
3. Se ocupa eh los síntomas superficiales y no en las causas reales de las tensiones en la vida del creyente.
4. Ofrece sólo una reducción temporal y no una solución permanente en cuanto a los conflictos de la vida cristiana, ocultándolos con experiencias emocionales en vez de resolverlos con principios bíblicos,
5. Considera el don de lenguas como la cúspide de experiencia espiritual y así tiende a fomentar el orgullo espiritual y la auto-exaltación.
6. Substituye las evidencias palpables de la presencia y la actividad de dios por la vida de la pe.
7. Procura evadir el proceso continuo di crecimiento espiritual ofreciendo la madurez espiritual instantánea por medio de una sola experiencia estática.
8. Complace la vida cristiana carnal empleando actividades que enaltece al gran "yo".
9. tiende a causar divisiones en la iglesia local debido a la práctica determinada de hacer prosélitos por los que alegan hablar en lenguas,
10. Puede ser instrumento de Satanás a causa de la nulificación de la facultad racional de discernimiento y de entendimiento.
11. Acepta grupos heréticos como cristianos, con la única condición que hayan recibido el don de lenguas.
12. Destruye el espíritu evangelístico.

E. POSIBLES EXPLICACIONES DE LA EXPERIENCIA DE HABLAR EN "LENGUAS*

1. Es farsa premeditada (en pocos casos).
2. Es engaño demoníaco (en algunos casos).
3. Es acontecimiento psicológico que produce un estado de anormalidad temporal en la cual la racionalidad no controla los procesos mentales (en la mayoría de los casos).

Algunos factores que contribuyen a esta condición:

1. El acondicionamiento psicológico que hace susceptible a la persona la experiencia de hablar en lenguas.
2. La tendencia de buscar la solución de otros problemas en la experiencia de las lenguas.
3. El considerar como la más importante de los dones el hablar en "lenguas41 y por tal razón cargar con un sentimiento de culpa si no lo ha recibido.
4. El ambiente del grupo en el cual se propaga el hablar en lenguas.
5. La autosugestión que se provoca en la experiencia de hablar en lenguas de parte de otros.

F. CÓMO TRATAR CON LOS CARISMÁTICOS EN LA IGLESIA.

1. Debemos reconocer que los creyentes carismáticos son nuestros hermanos en cristo, y no nuestros enemigos.
2. Debemos comprender que las prácticas carismáticas no son herejías.
3. Debemos contrarrestar las tendencias carismáticas enseñando, con profundidad, los principios bíblicos tocante a los dones espirituales.
4. Debemos terminar con el formalismo, el exclusivismo y el dominio del ministerio. "profesional" llevando a cabo el papel del pastor como entrenador de los miembros.
5. Debemos guiar a los miembros de la iglesia a descubrir, dedicar y desarrollar sus propios dones espirituales.
6. Debemos crear una estructura en la iglesia dentro de la cual esos dones puedan ser ejercidos.
7. Debemos hacer de la comunión en el Espíritu una realidad profunda, vibrante, jovial y espontánea en la vida de la iglesia.
8. Debemos abrir las compuertas de la oración y de la alabanza en muchos corazones que permanecen resecos.

viernes, 23 de marzo de 2007

LA VIDA SEGÚN LOS SALMISTAS

LA VIDA SEGÚN LOS SALMISTAS
Investigación documental hecha por Balbier Martínez Méndez
bmatinezmendez@yahoo.es
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INTRODUCCIÓN.
La vida forma parte de lo que se entiende por “vida”, la idea de actividad. La vida es todo lo que se mueve [(69:34) (todas las citas se refieren a los Salmos, excepto cuando se indique lo contrario)]. En contraste con el estado latente o inerte de la vida. El agua que corre es “agua viva” o sea que tiene vida (1:3), y el alumbramiento rápido del bebé indica grado de vida de la madre (Ex. 1:19). La frecuente forma plural del término pone de manifiesto la intensidad de este concepto. La vida se relaciona con la luz –el Señor Jesucristo es luz y es vida-, la alegría, la plenitud, el orden y el desplegar actividad (27:1) y se la contrasta con las tinieblas, el dolor, el vacío, el caos y el silencio que son características de la muerte y lo inanimado (Douglas, p. 1413).
En este documento se estudia la vida en los Salmos. Así como se estudia la vida, también es importante estudiar la muerte, en otro documento se estudia este otro tema. La vida del hombre es de suma importancia para Dios, pues él mismo dio su vida en la persona del Señor Jesucristo para salvar la vida de los hombres. En los Salmos se habla de la vida del hombre, tanto del incrédulo, como del que es hijo de Dios; y aun se habla de la vida animal como de la vida vegetal. También a los astros se le concede “vida”, pues ellos también “hablan”. Se estará tocando diferentes puntos de vista respecto a la vida en los Salmos, los salmistas toman como de mucha importancia este tema. Pero antes, como introducción, es necesario dar algunos detalles, aunque sea en forma general, de la vida.
Tres vocablos hebreos determinan el concepto de la vida. Khayyin, Tiene un sentido de movimiento o acción. La vida es un poder que se da a conocer en forma dinámica con el movimiento, la vida no es estática, es dinámica (69:34; 143:3). También es una manifestación de la luz y la alegría, en contraste con las tinieblas, la tristeza y el caos que caracteriza a lo inanimado (27:1; 135:17). Nefes, su raíz es “respirar” o “soplar” (Gn. 2:7). A menudo se traduce “alma” en el sentido amplio de lo que vive y se mueve. Desde el punto el vista ritualístico del A.T., esta vida radica en la sangre (Lv. 12:11). Ruja, Es igual en significado a los términos anteriores. Significa “espíritu” como principio que distingue a la vida de la muerte. Es el espíritu vivificador.
La vida en el A.T. tiene significados y referencias concretas; no se da como una noción abstracta. Nunca se habla de la vida del hombre en forma teórica, sino existencialmente en medio de situaciones particulares. Por ejemplo, no existe en el A.T. referencias independientes a la vida física, intelectual o espiritual; los autores parten del concepto de que la vida del hombre es un todo. La vida es una unidad que no puede ser dividida. Cada parte del cuerpo tiene una función total, tanto física como espiritual. Por otro lado, el A.T. da a entender que la vida no es la mera existencia. Al contrario, le da un sentido de plenitud e intensidad vital; considera la vida como un don supremo que es signo de felicidad. El que tiene felicidad siente la realidad de la vida (Nelson, p. 692).
La idea central de vida en el A.T. es que Dios es su fuente única. Aunque la creación entera goza en cierto grado del don de la vida, el hombre es en particular su beneficiario. Pero el hombre no puede vivir sólo de su pan sino de palabra de Dios. La plenitud de la vida del hombre depende de la actitud que asume hacia el significado de esta palabra, de su obediencia o desobediencia al mandato de Dios en cuanto al mensaje de salvación que se encuentra en la Biblia.

I. LA VIDA EN GENERAL DEL HOMBRE.
Jehová es el origen de toda la vida. Nadie tiene vida en sí mismo “El nos hizo, nos nosotros a nosotros mismo”; los escritores de los salmos sabían perfectamente que su vida dependía de Dios, está en las manos de Jehová. A diferencia de lo que sucedía en los pueblos que rodeaban a Israel, la vida que Dios comunica no es, en primera línea, plenitud natural de vida y vegetación de la que emanan las fuerzas de Dios. Por el contrario, trascendiendo los ritmos de las estaciones del año, se ha puesto de manifiesto en la historia del pueblo de Israel y en la creación, que no se tambalea y oscila, que manifiesta sus efectos como poder de bendición. El Dios de la vida se llama Yahvé. Su nombre es inconfundible. Dios es vida por eso da vida (Kraus, Teología de los Salmos, p. 220).
La persona tiene una participación en la vida. Jehová sacia los días del hombre. De esta manera Dios es el que muestra su bondad a todo el mundo, es el que sostiene la vida. Abre su mano y sacia todo lo que vive con acción bondadosa. La mano que Dios da pone de manifiesto una acción personal. Con la vida que da, va el precioso prestigio de su persona, el peso de su manifestación. Cada disminución de la vida es una total puesta en entredicho de la vida, por consiguiente, de la fama del hombre. El pobre, quien ve su vida amenazada, no tiene otra solución, sino pedir que Jehová se apiade de él, obre bien en él, de manera que reviva y exclame “danos vida” (Ibid., p. 221). La larga vida se pedirá como un don precioso y bendición maravillosa de Jehová, este es el bien supremo de Dios. Precisamente en los Salmos se pide larga vida para alabar toda la vida a Jehová (34:2). Y la obediencia a los padres trae larga vida, “que es el primer mandamiento con promesa”.
El salmista medita sobre la fragilidad de la vida humana y ruega a Dios que le instruya acerca de ello (39:4-6). En este contexto, su gran temor, la base de la sobrecogedora ansiedad, era el de la muerte repentina que llegaba sin advertencia sobre el que no había estado preparado para su fin ni que sabía cuál era la medida de sus días. No había defensa contra una muerte así, pues expresaba lo que Dios había determinado con anticipación como amplitud de su vida, un tiempo corto, realmente una nada comparado con la eternidad de Dios mismo. Pero si él estaba indefenso a causa de la irresistible muerte, es dudoso que estuviera indefenso a causa de su propia naturaleza humana. El hombre es de fragilidad innata y aun en asuntos de negocios y de la parte que le corresponde de sus propios recursos, no puede penetrar en el futuro como para que se adapte a sus deseos. No puede lograr una armadura contra la muerte (Motyer, “Salmos, en Nuevo Comentario Bíblico, p. 360).
La vida del hombre es corta (89:48; 103:14-16), así lo ha hecho Dios y eso lo sabe el hombre. No es extraño que al final de 39:5 exista una pausa (selah), pues bien merece la pena pararse a reflexionar sobre una verdad tan tremenda. Como prueba de la vanidad de la vida, el salmista menciona tres cosas.
La vanidad de nuestros goces y de nuestros honores, pues incluso cuanto más majestoso pueda parecer a la vista de los hombres, no es más que “como una sombra que pasa”, un vano alarde.
La vanidad de nuestras penas y de nuestros temores, pues “en vano se afana”, es decir, actúa apresurada y estrepitosamente, tanto por afán de conseguir lo que él desea como por escapar de lo que teme, siendo frecuentemente sus temores fruto únicamente de su fantasía, y por ende, pura vanidad.
La vanidad de sus preocupaciones y fatigas “amontona riquezas y no sabe quién las disfrutará”. Cuán gráfica y persuasivamente expresó esto el Señor Jesús en la parábola del rico necio, que se afanó por las riquezas sin saber lo corto de su vida (Lc. 12:16-21). Las riquezas son como el fiemo o estiércol que se emplea para abonar los campos, si se amontona, apesta; pero si se distribuye, sirve para fertilizar la tierra a fin de que dé buena cosecha lo sembrado.
En este aspecto el salmista ve la vida como algo pasajero, de pronto el hombre ya no es más. Pero también en Eclesiastés la vida es vista de la misma manera. Desde el punto de vista humano, el hombre nace y muere; desde el punto de vista bíblico, se encuentra otra vida después de esta que se tiene hoy. La muerte no es el fin de la vida, es el principio de otra, para condenación eterna o gloria eterna. En esta vida todo acaba cuando el hombre muere, no es así con lo espiritual; después de la muerte física el hombre se ha de enfrentar a la eternidad.
El salmista se daba cuenta de que sus días eran cortos (102:11), también que por encima de todo está la eternidad de Dios. “Las sombras se alargan al atardecer, cuando el sol está a punto de ponerse. El salmista se da cuenta de que su vida pronto va a ser devorada por la oscuridad de la muerte” (Henry, Comentario Exegético-Devocional de toda la Biblia, Tomo I, p. 362).
Aun Moisés se quejó de la fragilidad de la vida ((90:1-11). El término “hombre” indica la fragilidad del ser humano. Los creyentes en el Señor Jesucristo han de ser consolados con el pensamiento de que, aunque sus cuerpos hayan de ir nuevamente al polvo, resucitarán después en gloria para nunca más morir. Pero también el salmista acepta que la sentencia del fin de la vida es justa, pues el pecado ha caído sobre el hombre; no hubiera pasado los mismo si el hombre no hubiera desobedecido la voluntad de Dios.

II. LA VIDA DEL HOMBRE ANTES DE QUE ÉSTE NAZCA.
La respuesta a la pregunta ¿Quién soy yo? se encuentra en la Biblia, porque Dios conoce la vida del hombre antes de que éste llegue a ver la luz del día. Para los intelectuales la respuesta a esta pregunta tiene un significado secundario, pues “nosotros somos unos mortales viviendo en un oscuro planeta localizado en una galaxia de segunda categoría entre billones de otras galaxias” (Stedman, Salmos de Esperanza y Fe, p. 265). Esto hace sentir a los hombres como seres sin algún significado; se nota el contraste que hay con el punto de vista bíblico acerca del hombre, y sobre todo en lo que respecta a la relación del hombre con Dios.
A. Dios es el creador del hombre.
En el Salmo 100, Dios hace un reclamo de poseer a su pueblo. En el v. 3, él claramente enfatiza que el hombre es su creación; Dios dio vida al hombre, él lo creó. A través de Abraham el pueblo de Israel fue elegido como pueblo de Dios, y en consecuencia, esta elección pasó a ser una herencia espiritual para la iglesia del Señor Jesucristo quien ahora viene a ser pueblo elegido de Dios por la fe puesta en el Hijo de Dios, nuestro Redentor y Señor para tener una relación íntima con nuestro Creador. Pero no sólo esto, sino que cada cristiano fue elegido y es sustentado por Dios cada día con lo material y sobre todo, con espiritual; como Pastor él preside y guía a sus ovejas (23:1). La vida del hombre, por lo tanto, está en las manos de Dios porque Dios es su Creador; y no sólo esto, sino que Dios se preocupa por relación con el hombre mismo, pues constantemente lo está buscando con su infinita misericordia.
B. Dios escudriña al hombre.
Sin el autoexamen de la vida, no tiene caso vivirla; esto lo entendía el salmista. Sin embargo pensaba que el análisis humano no es suficiente. El va más allá del escrutinio finito, va a la esfera donde Dios investiga y evalúa. Este salmo se puede relacionar con algún pasaje de Job y del Eclesiastés, y aun de Proverbios al saber sobre el conocimiento y la trascendencia de Dios (Wood, Salmos; Cantos de Vida, p. 132).
C. Dios conoce la vida presente del hombre.
En Salmos 139:1-18 el escritor sagrado comprende y acepta que toda su vida está en las manos de Dios, y que él lo conoce tal como es.
1. La omnisciencia de Dios.
El salmista sabe que Dios conoce su vida en los más profundo de su ser (vv. 1-6), él podría decir “tú me profundizas”. Todo el pensamiento de los vv. 1 y 2 podría quedar así: “Señor, tú me comprendes y conoces mi vida consciente. Sabes cuando me siento (mi vida pasiva) y cuando me levanto (mi vida activa). Si descanso o actúo, tú siempre lo sabes, pero además conoces mi subconsciente, ese nivel de la vida de donde surgen mis pensamientos. Tú los comprendes incluso antes de que salgan a la superficie. Tú sabes cómo pienso y lo que pienso; incluso entiendes los pensamientos que vienen a mi mente en constante corriente” (Stedman, Ibíd., p. 266). Dios lo sabe y conoce todo; no sólo conoce las palabras por adelantado, sino lo que éstas significan. Es imposible conocer los pensamientos de Dios, pero él sí conoce al hombre a la perfección.
2. La omnipresencia de Dios.
Muchas veces el creyente, cuando es tentado a pecar en contra de Dios, en lo primero que piensa es en esconderse de los hermanos de la iglesia; jamás piensa en que si Dios lo mirará. Sin embargo el salmista en los primero que piensa es en la realidad de Dios. Ante la grandeza de Dios se daba cuenta que era completamente imposible escapara de la presencia divina, aunque lo deseara. No es que Dios sea estático, como los panteístas piensan, que todo es Dios y que por eso está en todas partes. Esto tiene que ver con un encuentro personal con Dios. Dios encuentra a sus hijos, viene a su lado para redargüirlos de su pecado; Dios no está lejos del hombre, está a su lado en el momento preciso. La presencia de Dios no debe causar en el cristiano temor, por eso el salmista dice que ninguna distancia lo puede separar de la presencia del Señor. No hay velo que pueda ocultar al hombre de la presencia de Dios; las cortinas de la noche no pueden defender de las alas del alba (Henry, Ibíd., p. 475). Para el Dios, que es luz, no hay oscuridad impenetrable en su mirada. Y, así como no hay tinieblas que encubran de él, tampoco hay máscara de hipocresía, por muy elaborado que se el disimulo, que sea impenetrable al escrutinio de Dios.
3. La corona de la creación de Dios.
El hombre es creación más sublime de Dios, esto bien lo sabía el salmista (vv. 13-16). Cuando el salmista escapó en su intento de escapar de Dios, optó por el curso opuesto y se volvió a él en forma callada, personal, a través de la creación. Al meditar con temor santo y estar expuesto al proceso creativo que le dio vida, se acercó más a Dios. Su razonamiento fue que Dios le conocía perfectamente, puesto que ordenó el inicio de su vida y previó su futuro. El término hebreo que se traduce “formaste” significa “fundar” o “crear”. Dios creó la vida del salmista porque solamente él tiene ese poder creador (Word, Ibíd., p. 136).
La palabra “entretejido” describe el bordado delicado del cuerpo, las cosas que lo unen para que un órgano soporte a otro; todos los órganos están maravillosamente entretejidos. La palabra “embrión” literalmente es “sustancia entretejida”, lo cual ilustra muy bien elemento. Hoy día las personas se hacen preguntas sobre cuándo empieza una vida, cuándo un embrión se convierte en un ser humano, cuándo un aborto es un crimen. La respuesta la tiene Dios en boca del salmista “Tus ojos me vieron, no como colocación impersonal de células, pero sí en mi estado embrionario” (Stedman, Ibíd., p. 272). Dios conoció al salmista antes que éste naciera; la vida es conocida por Dios en su totalidad, y Dios es la fuente de la vida.

III. LA VIDA DEL SALMISTA.
De los autores de los salmos se ha tomado a David para conocer algo de su vida, la cual puede representar a cualquiera de los escritores de este libro de la Biblia. Sin lugar a dudas, Dios enseña en Salmos, a comprender más la vida terrenal. En Salmos la vida es presentada de una manera práctica con respecto a la comunión que se debe tener con Dios. Los salmistas tomaban la vida como una bendición de Dios, su largura de días era una prueba evidente de que eran aceptados por Dios, era una prueba de bendición de parte de Dios. Pero también se presenta la confesión por el pecado y en consecuencia, el arrepentimiento como muestra de que su vida debía estar acorde con la voluntad de Dios a pesar de los pecados cometidos; tal es la vida de David.
A. Su lugar.
David es una de las figuras más prominentes del mundo y ciertamente de los personajes de la Biblia; él es el más famoso antepasado del Señor Jesucristo. El Señor Jesús no es llamado el hijo de Abraham o el hijo de Jacob, sino hijo de David. El Señor Jesús hizo referencia a David en sus disertaciones, y aun lo citó como el autor de un salmo. La vida de David es clave en el libro de los Salmos, pues a través de su vida se puede comprender algo de cómo era la vida de los salmistas.
B. Su carácter.
David fue una mezcla del bien y del mal. Su vida estuvo llena de hechos nobles, aspiraciones altas, y grandes logros; sin embargo también estuvo manchada de pecados terribles. Ningún personaje de la Biblia ilustra más plenamente la escala moral de la naturaleza humana. Es muy difícil concebir que el hombre que escribió el salmo 23, pudo hacer lo que David hizo al pobre de Urías eteo. Pero el espíritu de la época en que el vivió tiene que se tomado en cuenta, y las tentaciones relacionadas con un poder casi ilimitado.
El carácter prevaleciente en los salmistas también se puede notar en las oraciones imprecatorias de David y de todos los salmistas en lo general; dichas imprecaciones no fueron consumadas por ellos en forma práctica. Si los escritores de los salmos hubieran tenido la oportunidad de torturar a sus enemigos, no lo habrían hecho; ellos eran celosos del temor de Jehová, no querían que los impíos ofendieran a Dios, por eso hacían oraciones pidiendo castigo para ellos. En este aspecto el carácter de los salmistas es muy duro, sin embargo el mismo David tuvo la oportunidad de matar a su peor enemigo, Saúl, y no lo hizo; le dejó la venganza a Jehová. Se debe recordar también que los salmos se formaron bajo el régimen de la antigua ley, cuando el Señor Jesús aun no había revelado que el mandamiento de amar al prójimo incluye también el amor al enemigo. Además, los salmos provienen de una época en la que todavía eran insuficientes y rudimentarias las ideas sobre la vida eterna (6:5); las buenas o malas acciones eran recompensadas en la vida presente, y el malvado debía recibir su castigo aquí abajo y lo antes posible, a fin de que se pusiera de manifiesto que hay un Dios que paga al mundo según sus obras, y que lo juzga (58:11).
C. Su deleite era observar la naturaleza.
En el salmo 8 David expresa su admiración al observar la gloria de Dios en la naturaleza. Es posible que este salmo lo haya compuesto en sus primeros años de su vida como pastorcillo, solo en la noche, con sus ovejas, en los cerros de Judea y bajo los cielos estrellados. Es que el salmista está muy impresionado con la naturaleza y el ser de Dios. Este salmo plasma lo que ha descubierto sobre Dios, lo cual le inspira y atemoriza al mismo tiempo. Sólo lo puede expresar con estas hermosas palabras: “Cuán glorioso es tu nombre sobre toda la tierra”.
La vida de los salmistas fue una vida normal, como la de cualquier hijo de Dios. Tenían pecados en su vida pero también se daban cuenta de ello y lo confesaban a Dios a Dios a fin de que su relación su relación con él fuera restablecida.

IV. LA VIDA DEL JUSTO.
El salmo 1, el poema de los dos caminos de la vida, sirve como un prefacio ideal a toda la colección de cánticos hebreos. El salmista ve la vida del justo y la del impío, y expresa verdades que pueden referirse a cualquier persona y en cualquier época.
En el v. 2 el salmista describe al justo con dos cualidades positivas, en al ley de Jehová está su delicia, y, en su ley medita de día y de noche. La Ley tiene connotaciones en la actualidad que van desde el Pentateuco hasta toda la revelación escrita de la voluntad de Dios. Para el salmista el justo es uno que tiene la ley como una guía que le produce gozo, no la ve como una carga fastidiosa y molesta. La vida justa produce resultados positivos. La vida del justo prospera en todo lo que se proponga; se mueve hacia delante y hacia arriba, de victoria en victoria (Word, Ibíd., p. 9).
La vida del justo depende de la ley de Dios de día y de noche, y siempre que la necesite. No trata de movilizar sus recursos humanos o de encontrar el ánimo de los de afuera y así depender de las circunstancias externas para encontrar paz y reposo, sino que aprende a depender solamente de la potencia de Dios. Este es el secreto de la vida cristiana. Esta es la única forma como se aprende a no ser egoísta, a ser obedientes y a estar contentos en todas las circunstancias (Stedman, Ibíd., p. 16).
Hay la polémica acerca del sufrimiento del justo y la prosperidad del impío. La condición de los justos, incluso en esta vida, es, en todo y por todo, mejor y más deseable que la de los malvados; en verdad lo poco del justo vale más que las muchas riquezas del impío (Pr. 15:16, 17; Sal. 37:16), porque vienen de mejor mano, de la mano de un amor especial, del amor de Dios. El salmista ve la vida del justo en problemas, en peores condiciones materiales que la del impío, pero aun así exclama: “los que esperan en Jehová heredarán la tierra” (37:9; Mt. 55:5). Heredar la tierra implica disfrutar de las bendiciones incluidas en el pacto. Arcona comenta: “Este principio aplicable al orden personal, familiar, social, nacional e internacional, pudiera ser aquí un vislumbre de una futura época mesiánica” (Henry, Ibíd., p. 135).
El salmista observó la vida del justo y meditó en su condición de pobreza material. Sin embargo reaccionó a tiempo para no proferir palabras audibles; frenó su lengua para no hablar como los otros (73:15), viendo que de lo contrario, daría mal ejemplo a quienes lo estimaban como hombre de excelente reputación, y por ende, su mal ejemplo habría causado enorme daño a la fe de sus prójimos. Hoy, como en los Salmos, la pobreza material de los justos existe, la vida de ellos parece que estuviera olvidada de Dios; por eso es fácil caer en la tentación de la crítica, la cual acarrearía mal testimonio para muchos ministros como pastores.
Los justos son los que esperan en Jehová; Dios ya tiene su lugar para ellos preparado en el cielo, un lugar honorable en lugar de la humillación, la cual hoy sufren por parte de los impíos (73:24). Pero aquí en la tierra las circunstancias actuales de la vida del justo están en las manos de Dios, el Dios de los justos. Hoy existe, como antes, esperanza para los justos, quienes encuentran en Dios su reposo; escasamente se puede encontrar en el libro de los Salmos otro versículo que exprese los sentimientos devotos de un alma hacia Dios que el expresado en este pasaje, 73:25.

V. LA VIDA DEL IMPÍO.
En Salmos la vida del impío no es prosperidad. Aun el salmista se quejaba por el motivo aparente de felicidad de los hombres que no temen a Dios. Los Salmos 37 y 73 presentan un cuadro de la admiración del salmista por la prosperidad del impío. Este tema también es tratado en Job, Proverbios y Eclesiastés. Pero si se mira hacia delante, con los ojos de la fe, no se hallarán motivos para envidiar la prosperidad de los malvados, pues su ruina ya está declarada. Florecen, sí, pero como la hierva, de la cual nadie tiene envidia, pues pronto se marchitarán. La prosperidad material es algo que se desvanece rápidamente.
Existe la admonición de no envidiar la prosperidad de los impíos, no sea que se caiga en la tentación de seguir el mismo camino de ellos para hacerse rico, o a incurrir en medios violentos para quitarles lo que tienen. No hay razón para envidiar a los impíos ricos que prosperan y acumulan riquezas, porque ellos serán destruidos por su misma avaricia, sus maquinaciones ser volverán contra ellos mismos, pues terminarán en el fracaso y en el olvido. Es orgulloso en insolente pero Dios lo contempla con desprecio, pues ve sus intentos que van a quedar fallidos (Lc. 12:20). El impío tiene sus días de felicidad en este mundo, nadie lo duda, pero su vida está disfrazada de alegría, además Dios ya tiene determinado el día de juicio para los que se oponen a la verdad divina; Dios se volverá contra él en un día que no lo espera (Henry, Ibíd., p. 135). Hay un gran contraste en la retribución: en tanto que los malos están ahora constantemente al acecho para atrapar al justo; en el futuro el justo tendrá la ocasión de contemplar el final del impío, el cual es retribución. Se ve por fin la miseria de los malvados y su destrucción por mucho que hayan prosperado por algunos años en la tierra.
El salmista previó la ruina de los impíos. Al principio le resultó muy difícil desenredar el hilo de sus pensamientos; no aceptaba dar con la solución al problema que la felicidad de los impíos le presentaba. Su razón no le alcanzaba para tanto. Hasta que estuvo en la casa de Dios, reaccionó y comprendió, por fin, que los impíos eran dignos de lástima, más que de envidia, pues estaban atesorando ira para el día de la ira (Ro. 2:5). La prosperidad en la vida de los impíos es corta e insegura. Los lugares altos en que Dios les permite estar resultan en precipicios y deslizaderos hacia una completa ruina. Esta ruina es segura, grande, rápida, repentina, total y definitiva (73:18, 19). Dios evalúa la vida de los ricos como sombra sin realidad verdadera; lejos de ser envidiados deben tenérseles conmiseración, pues ellos nada tienen de consistencia y pasarán rápidamente.

VI. LA VIDA EN LA CONGREGACIÓN.
El servicio cúltico en el templo de Dios era toda una vida para el salmista. Dios no está limitado a cuatro paredes; además a Dios se le debe adorar en espíritu y en verdad.
Era un momento sumamente importante cuando el salmista iba a la casa de Dios; él se alegraba porque iba a reunirse son sus hermanos, y aun con los que lo acompañaban. En los Salmos se encuentran grandes razones por las cuales se debe asistir a los cultos de la iglesia. Esto no lo puede comprender el hombre en general, pero para el hebreo el templo de Dios era un lugar de gran deleite para su vida; es lo mismo que debe sentir cada cristiano por el templo en la actualidad (Francisco, Introducción al A.T., p. 285).
El salmista deseaba ardientemente estar en la casa de Dios (27:4). Hay muchos que no aguantan ni tan siquiera dos horas los domingos en el templo en comunión con los hermanos; pero también hay los que desean ardientemente que llegue el domingo para estar en el templo alabando a Dios en comunión con los hermanos. El salmista quería estar toda su vida alabando a Dios en el templo.

CONCLUSIÓN.
La vida está bajo el poder de Dios (39:6); la vida empieza pero no se acaba, porque hay una eternidad, según lo ha determinado Dios. El hombre que tiene a Dios como su Dios tendrá una larga vida en su presencia, una vida en gloria eterna. Pero también está el contraste con el impío, su fin será el castigo eterno. La vida del hombre se pasa volando, de pronto el presente ya no existe, pues el ayer pasó; pero esto no es todo, porque Dios ha decidido que todo hombre se presente delante de Dios para entregarle cuentas de sus actos en la tierra. Por esto es importante que el hombre aprenda a vivir bien la vida. En los Salmos se encuentran directrices definidas en cuanto a nuestra relación con Dios; él quiere que cada hombre se deleite en su persona para que realmente goce de la vida terrenal, y después de la celestial.
El hombre tiene que reconocer que sus días están constados; tiene que saber acerca del fin de sus días (39:5). Hoy es tiempo de examinarse a conciencia como lo hacía el salmista, que el deleite de cada hijo de Dios sea gozarse diariamente en el cumplimiento de la ley divina, en quien está el verdadero motivo de vivir.

viernes, 16 de marzo de 2007

LA REDENCIÓN DEL SIERVO SUFRIENTE

Investigación documental de BALBIER MARTÍNEZ MÉNDEZ
INTRODUCCIÓN

En Isaías 40-66 se ve lo que hará el Siervo sufriente cuando se manifieste como Rey. El triunfo del Siervo habría de ser tan notable que aun los líderes de las naciones quedarán sobrecogidos ante la maravilla de lo que ellos contemplarán. Los hombres verán la victoria del Siervo sobre las aflicciones que inocentemente sufrió. Entonces ya no estará más como siervo sino como Rey; juzgará a los vivos y a lo muertos, y los que le traspasaron y se burlaron de él irán al castigo eterno, mas los que le aceptaron como Señor y Salvador, irán a gozar de sus bendiciones eternamente. Este triunfo tiene que ver con el regreso del Señor en su segunda venida. Será una día maravilloso por el regocijo de los que le esperan como Señor y Rey, pero también un día de tristeza para los que le traspasaron y le rechazaron como Señor y Salvador. (Gilber L. Guffin).

I. IDENTIFICACIÓN DEL SIERVO.

De entrada, el Siervo es la nación de Israel, llamada a un servicio especial de testimonio de Dios en el mundo; pero las profecías pasan de Siervo-nación para enfocarse en el Siervo-Mesías, en cuyas manos todos los propósitos de Dios prosperarán. (Erneto Trenchar)
Tradicionalmente se han dado varias sugerencias para la identificación del Siervo:
1. La nación de Israel.
2. Un remanente piadoso del pueblo elegido, Israel.
3. Israel ideal.
4. Isaías, Moisés, Jeremías.
5. Jesucristo, el Hijo de Dios.
Es cierto que algunos pasajes bíblicos identifican a Israel como el siervo (41:8; 44:1,2; 48:20; 49:3); no obstante desde la perspectiva gramatical e interpretativa del contexto de los capítulos, la quinta sugerencia, la mesiánica individual, parece ser la más aceptable. Por ejemplo, el Siervo iba a restaurar el remanente de Israel (49:6), era sin pecado, murió y resucitó (53:9-12). Estos textos no se aplican fácilmente a la nación judía, aun si fuera el Israel ideal. (Andrés Glaze).
Todos los cristianos conocedores de este tema, son unánimes en aceptar que quienquiera que haya sido la persona que el profeta tenía en mente, sólo el Señor Jesucristo crucificado cumple adecuadamente el cuadro pintado en su profecía. (Christopher R. North).

II. LA MISION DEL SIERVO.

En Isaías 49:1-13, se presenta el Mesías hablando él mismo, manifestando el objeto de su misión, su agudo sentido de fracaso y su confianza en la recompensa divina final. Se habla de la comisión del Siervo como de un honor del Dios que lo escogió desde antes de su nacimiento para ser el restaurador de Jacob y el redentor de Israel. Sin embargo su comisión no está limitada a una sola nación, porque sería muy pequeño servicio redimir solamente a una sola nación o tribu. De ahí que la promesa del Eterno sea dar luz y
salvación a todas las naciones de la tierra. El programa salvador de Dios comprende a un mundo perdido e implica una salvación universal. (Alfred Martin).
El Siervo sufrirá por su pueblo para librarlo de sus pecados, por medio de su muerte en la cruz. El ocupó el lugar de todos los pecadores, recibiendo el juicio de Dios contra el pecado. Con su sangre limpiará de todo pecado al que lo reciba como su Señor y Salvador personal por fe en sus promesas. (Rosa E. Price).

III. CONSOLACIÓN Y SALVACIÓN DEL SIERVO.

La consolación que se menciona en Isaías 40:1, 2, es tanto para los exiliados como para la ciudad madre en la lejana patria. Jerusalén, personificada como mujer, viene a ser un paralelo a "pueblo mío", lo cual da la idea de la comunidad del pueblo de Dios. Esto en términos cristiano ha llegado a ser sinónimo de iglesia. (Christopher R. North
El mensaje de Dios es de consuelo y de seguridad para todos sus hijos. En ninguna ocasión, antes de que el Señor Jesús estuviera al lado de las adoloridas hermanas de Lázaro, frente a la tumba de éste, se encuentra expresado de una manera más memorable, el interés consolador de Dios que en Isaías 40. (Gilbert L Gufin).
Pablo comprendió que las prometidas misericordias firmes de Dios a David, fueron derramadas en la persona de nuestro Señor Jesucristo. Pero esto no cambia la posición ya establecida de que por medio de Israel, los confines de la tierra habrían de llegar a conocer el mensaje de salvación que Dios, en su infinita misericordia, había hecho asequible a la humanidad caída, perversa y pecadora. ((Ibíd.).
La invitación que Dios hace de salvación es para todos los hombres, no se hace acepción de persona. Por esto es urgente que los cristianos den a conocer este mensaje para que la gente pueda venir arrepentida a la presencia redentora de nuestro Señor Jesucristo. Dios hace esta invitación, ahora, con amor; pero va a llegar un día de arreglar las cuentas, en ese día, Dios actuará con justicia. Entonces la invitación habrá quedado cerrada y no habrá más oportunidad de salvación, los planes de Dios ya está determinados en todo; va a llegar el día cuando haga su juicio, ese día será de castigo para todos los desobedientes a su mensaje de salvación. (Andrés Glaze).

IV. EL RECHAZO DEL SIERVO.

Todo mundo sabe de la película hecha por un productor no cristiano. En esta película se exhiben escenas relacionadas con la crucifixión del Señor Jesús. Es raro que tuvieran que pedir el consentimiento del papa para que la pudieran exhibir públicamente. Muchos decían que esa película no se debería exhibir porque tiene muchas escenas muy fuertes; pero lo cierto es que la película se queda corta, porque Isaías presenta el sufrimiento del Siervo tan real que no hay necesidad de ver películas para conocer la forma tan cruel que el Siervo de Jehová sufrió por los pecadores.
Fue menospreciado por la manera callada y discreta de allegarse a los hombres, por su pobreza y humildad, por su carencia de pompa mundana y atractivo personal. Pero por
Lo que Dios estaba a punto de realizar a favor de Israel,
no era un asunto local, ya que toda la tierra será testigo
del evento. En la liberación y redención, también estaban
llamadas a ver revelada la fortaleza del Señor, todas las
naciones de la tierra. (Ibíd.).
sobre todo, lo menospreciaron por la ceguera espiritual y pecada que había en ellos. (Merril F. Unger).
El mundo y los suyos los rechazaron, el Siervo fue varón de dolores y quebrantado en su persona. El quebranto se refiere a que tuvo enfermedades, dolencias y dolencias, sufrió desprecios y limitaciones. Esto no se refiere a que haya tenido lepra, como algunos suponen; sino también a que el pecado del hombre que él tomó le debe haber sido como fiebre que le quemaba hasta el alma, y esto le causó enfermedad en su cuerpo. (Andrés Glaze).

V. HUMILLACIÓN Y EXALTACIÓN DEL SIERVO.

La Biblia enseña que el Siervo iba a salir triunfante en su batalla con el pecado. Es cierto que iba a sufrir, pero a pesar de ello, el Siervo triunfaría; y los hombres quedarían asombrados por su triunfo. Por lo difícil de su misión, pareciera que no iba a poder cumplirla; sin embargo, el hecho de sufrir, lo preparaba para su exaltación al final de su tremenda misión encomendada. (Ibíd.).
El contraste –humillación y exaltación- hace hincapié en el hecho de que de la misma manera que los hombres estarían admirados del espectáculo de las aflicciones del Siervo, así quedarían atónitos e impresionados ante el espectáculo de su gloria. (Gilbert L. Guffin).
La exaltación máxima del Siervo será cuando regrese en gloria, porque él volverá. Habrá tierra nueva y cielos nuevos; y la santa ciudad, la nueva Jerusalén tendrá al Siervo exaltado. Esto no tarda en acontecer; sólo Dios sabe el día y la hora de tan glorioso acontecimiento. (Andrés Glaze).

VI. VICTORIA FINAL DEL SIERVO.

En su misión como siervo, el Señor Jesucristo fue humillado en toda la extensión de la palabra, pero está establecido por Dios un día de juicio para todos los inicuos que se han burlado de su santa persona. Este día va a ser de vergüenza para los incrédulos, pero de gozo y gloria para los elegidos. Regresará el Siervo con poder y gloria, ya no vendrá como siervo sino como juez para pagar a cada uno según su obra.
El amor por los pecadores, hizo que Dios enviara a su Hijo al mundo como siervo la primera vez. Aun queda algo que Dios va a realizar para completar su obra, esto tiene que ver con el regreso del Siervo. Pero su regreso va a ser en gloria y poder; ya no vendrá como niño, o como hombre de quien todo mundo se burló impunemente, sino como Juez, Rey y Señor. Volverá para juzgar y condenar a los que le traspasaron y no le aceptaron como Señor y Salvador. En este acontecimiento habrá tres resultados: 1). Destrucción los enemigos de la cruz (Is. 63:1, 6). 2). Manifestación de su gran poder, 3). Consumación final de la redención de los elegidos. (Ernesto Trenchar).

VII. EL REINO DEL SIERVO.

La Biblia habla de un periodo del reino del Siervo, éste se desarrolla en la tierra, el cual será de acuerdo a ciertas leyes naturales existentes en la actualidad. Se plantan viñas y se edifican casas; los hombres viven mucho tiempo, pero la muerte puede llegar a ellos. El otro reinado es eterno, aquí se rebasan los límites de un reino terrenal, este reino consta de una nueva creación, de cielos nuevos y tierra nueva. En Apocalipsis 201-21:1 se relata todo el orden de estos acontecimientos; en este pasaje se habla del reino eterno, donde no habrá muerte, ni tristeza, ni dolor para los elegidos, los hijos de Dios. (Ralph Earle).

CONCLUSIÓN.

Con el Señor Jesucristo, el Siervo de Jehová, se inicia una nueva era, en esta nueva era pensaba Isaías. Los antiguos israelitas eran salvos por la fe puesta en Jehová cuando sacrificaban el cordero para el perdón de sus pecados. Los hombres de esta nueva era son salvos de la condenación por la fe puesta en el Señor Jesucristo, quien murió en la cruz para redimir a los pecadores de la condenación eterna. Con el Siervo también termina la era del comienzo, la nueva era, termina con la tumba vacía y se inicia la era final. Con la resurrección del Señor Jesús se aseguró la victoria final. Pero queda pendiente otro gran acontecimiento: la segunda venida del Mesías, el Siervo de Jehová, con el cual finaliza la obra de la redención del hombre. Todo esto es la culminación del Siervo de Jehová a favor de los pecadores que se arrepientan de sus pecados.

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martes, 6 de marzo de 2007

EL DOLOR HUMANO.

EL DOLOR HUMANO




El dolor es una experiencia normal en todo ser humano. Cuando el dolor llega a las personas existe la posibilidad de poder experimentar sorpresa, daño, amargura, reclamo; estas cosas son experiencias por las cuales el ser humano algún día ha de transitar. No es que se desee ser fatalista, sino que cada persona debe estar consciente del curso de la vida, y que debe estar preparada para poder hacer frente al dolor en un momento dado.En la Biblia hay varios ejemplos de personas que experimentaron gran dolor en su vida por alguna razón; uno de estos ejemplos es un hombre llamado Job, su historia se encuentra en un libro de la Biblia que lleva su nombre. Job sufrió de una terrible enfermedad, perdió a sus hijos y sus propiedades; al final Dios, en su infinita misericordia le restituyó todo lo que había perdido. Pero por encima de cualquier persona que haya experimentado dolor está el ejemplo del Señor Jesucristo, quien fue “Varón de dolores, experimentado en quebrantos”, y “El mismo sufrió nuestras enfermedades y llevó nuestros dolores” (Isaías 53:3, 4); al final fue llevado a la Cruz para morir por los pecadores; pero sufrió siendo completamente inocente, sufrió por amor a sus hijos.
También en la Biblia hay un principio aplicable a cada cristiano, este principio tiene que ver con “llevar la Cruz” (Lucas 9:23), y se relaciona con sufrir por causa del evangelio y del nombre del Señor Jesús. Este principio sólo lo pueden entender los que han entregado su vida al Señor Jesucristo, y es un aspecto normal de la vida de los seguidores del evangelio de salvación.
Hay muchas cosas o eventos que originan el dolor, por enfermedades propias o de los seres queridos, por pérdida
de trabajo, por injusticias recibidas, etc.; sin embargo la forma más frecuente y universal por la que se sufre es por la muerte de los seres más queridos. Quien esto escribe sabe por experiencia propia lo que es el dolor.Para todos los casos dados, y especialmente para el último caso, que es la muerte, el Señor Jesucristo es el único amigo y ayudador, y es completamente adecuado y oportuno; él comprende el dolor de cada persona, pues a pesar de ser verdadero Dios, él fue también verdadero Hombre, y como hombre experimentó toda clase de dolor humano. Dice la
Biblia que el Señor Jesús amada a Lázaro, y cuando éste murió el Señor Jesús lloró (Juan 11:3-33).
La Biblia dice que Dios el Padre celestial conoce hasta el más mínimo aspecto de su creación, conoce hasta el número de los cabellos del hombre, conoce cuando muere cada pajarillo, y hasta llama a las estrellas por su nombre. Asi también el Señor Jesucristo, conoce la vida del hombre hasta en su más mínimo detalle; por lo tanto, debe ser reconfortante darse cuenta que él está consciente del dolor que pudiera embargar a cualquier persona por cualquier motivo en un momento dado. El Señor Jesús sabe lo que cada persona siente porque él mismo experimentó dolor, tristeza, rechazo, pérdida en su vida en este mundo. Entonces en base a su propia experiencia él puede y quiere ofrecer comprensión plena, y auténtica compasión a cada persona que sufre por alguna causa. El creyente en el Señor Jesús puede sentirlo a su lado, y por fe oírlo decir: “Yo se, yo conozco, yo comprendo lo que sientes”. Piense usted en lo importante que es depender de Dios en los momentos del dolor o de una crisis emocional.
La Biblia dice: “Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa en ustedes” (1 Pedro 5:7); ¡qué palabras tan reconfortantes para el que tiene algún dolor!.
Si usted no tiene al Señor Jesús como su Señor y Salvador y no sabe cómo depositar en él sus dolores o sufrimientos puede usted estar plenamente seguro que si lo busca, el Señor Jesús le dará la ayuda espiritual que usted necesita.
El Señor Jesús dice: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde, asi encontrarán descanso” (Mateo 11:28, 29). El salmista inspirado, en momentos de crisis clamaba a Dios y decía confiado: ”¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía he de seguir alabando. ¡El es mi Dios y mi salvador!” (Salmos 42:5).

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